Para mejor comprender los pasos que se dieron en el lapso que va entre la puesta en valor de los yacimientos y la creación del ente interestadual "Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD)" es conveniente conocer la historia política que se vivió tanto en la Universidad Nacional de Tucumán como en la provincia de Catamarca.
Al inicio de la década de 1940 en el mundo se declara la Segunda Guerra Mundial la que en nuestro país tuvo reflejos muy particulares.
Por un lado estaban quienes alentaban a los Aliados (Aliadófilos), y por el otro a quienes pensaban que Alemania tenía un rol importante en distintos ámbitos de la actividad nacional. El golpe de estado del 4 de junio de 1943 tuvo origen en oficiales intermedios del Ejército que planteaban consignas nacionalistas. También a ellos se les sumaron los grupos juveniles que integraban FORJA y otros sectores del catolicismo nacional.
Obviamente la toma del poder a nivel nacional confundió a muchos en esa convulsionada época, donde para algunos el gobierno militar era filonazi y la oposición liberal era aliadófila.
La designación de interventores en provincias estuvo determinada por el pensamiento que sostenían los militares y algo parecido ocurrió en el ámbito universitario que, como veremos, generaba movilización de sectores que respondían a ideología de izquierda. Estos se encontraban mejor representados en algunas organizaciones sindicales y estudiantiles que respondían al partido Comunista y también al pensamiento Anarquista.
En los primeros años de la década de 1940 la Universidad Nacional de Tucumán vivía bastante convulsionada. La Reforma Universitaria había instalado fuertemente la idea del gobierno tripartito donde el sector estudiantil tenía gran arraigo. Las discusiones que se daban entre "conservadores" y "progresistas" hacían que hubiera incertidumbre acerca del rumbo que habría que tener esta Alta Casa de Estudios.
La época "aperturista" iniciada con la gestión del Rector Julio Prebisch finalizó abruptamente en 1940. A él siguió una seguidilla de rectores-interventores hasta que la Asamblea Universitaria acordó, en 1944, designar al Dr. Alberto Rougés al frente del Rectorado. Desafortunadamente éste prácticamente no pudo hacerse cargo del gobierno por haber fallecido debido a un ataque cardíaco. Le sucedió en el cargo el Dr. Prudencio Santillán que, como Vicerector, formaba parte del equipo que acompañó a Rougés.
En el lapso que va entre la gestión de Prebisch y la de Santillán, Abel Peirano asumió en plenitud su trabajo como geólogo en el Departamento de Estudios Regionales Como tal desarrolló tareas exploratorias en el área de "Aguas de Dionisio" y publicó sus conclusiones en la serie que llamara "Cuadernos de Geología y Minería".
Si bien la estructura de gobierno universitario mantenía en el nivel de representatividad que le daba el reformismo tripartito donde, autoridades, docentes y estudiantes, discutían no solo cuestiones académicas sino también los acontecimientos que signaban tanto la Segunda Guerra Mundial que se desarrollaba en Europa como la militarización del gobierno nacional. Lo de aliadófilos, neutralistas y germanófilos era un tema que también se debatía en los claustros universitarios, donde en muchos casos, los adherentes al gobierno militar eran sujetos de diatribas por su presunta filiación nazi.
Pero no todo era así, más bien había disputas de poder que se expresaban en distintos niveles de la conducción universitarias. En 1945 había un Consejo Superior "resistente" al marco político nacional presidido por el Rector Prudencio Santillán y acompañado por sectores que naturalmente cuestionaban la legalidad del gobierno del Presidente General Edelmiro Farrell.
Los debates internos en la Universidad se sucedían planteados por una activa oposición estudiantil de izquierda. Los mismos se oponían al gobierno nacional y produjeron que la UNT se pronunciara públicamente rechazando al régimen militar y requiriera que la Suprema Corte de la Nación asumiera momentáneamente la conducción del país.
Este planteo universitario implicaba que debía ser desplazado el General Edelmiro Farrell y ocupado su lugar por quien decidiera la Corte. Obviamente no todos los miembros del Consejo Superior estaban de acuerdo con la resolución de referencia, entre ellos Horacio Descole que en esos momentos era consejero y que mantenía fluidos contactos con los funcionarios del gobierno nacional.
La reacción del gobierno militar fue encarcelar a Santillán y sus decanos, llevarlos a la Penitenciaría Nacional en Buenos Aires. Allí, en distintas celdas permanecieron recluidos hasta los primeros días del mes de octubre de 1945 cuando fueron liberados y pudieron retornar a Tucumán7.
Las pujas de poder que se vivían en la capital de la república llevaron a que un sector del ejército encarcelara al ascendente coronel Juan Domingo Perón en la isla de Martín García. La presión popular fue tal que vino el 17 de octubre y la consecuente liberación de Perón. Después llegó el llamado a elecciones generales que en febrero de 1946 impuso a Perón en el cargo de Presidente y el 30 de abril se decretó la intervención de todas las universidades nacionales.
Un conflicto suscitado en el ámbito del Consejo hizo que en los primeros días del mes de noviembre de 1945 Descole fuera expulsado del mismo. Esta situación, lo llevó en ese ínterin a ajustar contactos con las relaciones que mantenía en la capital de la república. Estas, una vez electo Perón como Presidente de la Nación, propiciaron y lograron que las nuevas autoridades lo ubicaran en el máximo cargo de conducción de la UNT.
Horacio Descole se hizo cargo de la Universidad como Interventor el 6 de mayo de 1946, alineándose de inmediato con el nuevo gobierno y sus objetivos políticos. Convocó a docentes para la confección de un nuevo modelo universitario que quedó plasmado en varios tomos en los cuales establecía la necesidad de diferenciar los Institutos de Investigación de las escuelas de docencia superior.
Descole pensó en la proyección regional de la Universidad creando unidades de investigación en Jujuy, Salta, Catamarca, Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Misiones. También re-estructuró la organización académica creando carreras nuevas, facultades e institutos a los que les proveyó no solo equipos e instrumentales sino también un importante número de científicos europeos que llegaban a nuestras tierras huyendo de una nueva y posible Tercera Guerra Mundial.
La relación Peirano-Descole era muy buena. Ambos habían egresado de las mismas aulas de la Universidad de Buenos Aires , y si bien Peirano era casi una década mayor, ellos encontraban, como ámbito común, el amor a la naturaleza que Miguel Lillo dejara como legado a la Universidad de Tucumán. Por algo co-habitaban el mismo espacio físico en el Instituto Miguel Lillo.
Descole, con 36 años de edad, soñaba construir una gran universidad "…no una Universidad más entre otras, sino destacarse como la Universidad argentina de grandes exigencias, de amplio horizonte y de verdadera realización al servicio de la zona más promisoria de la Argentina.." 8. Nada mal le vendría a su proyecto contar con yacimientos auríferos que le permitiera no solo desarrollar una disciplina sino también los fondos que le permitirían solucionar los problemas económicos de la UNT.
Peirano, con casi 50 años, aspiraba poner en marcha el yacimiento que había ocupado mucho de su tiempo y creado sueños. No había duda que encontraría en Descole el mejor apoyo para su proyecto.
Horacio Descole estuvo al frente de la Universidad Nacional de Tucumán hasta enero de 1951, habiendo caducado su mandato por imperio de la entonces vigente ley universitaria. En el lapso que estuvo en el gobierno llevó adelante sus ideas contando con el apoyo del Presidente Perón, que en más de una oportunidad públicamente encomió la labor realizada por este "militante universitario".
Horacio Descole desde el Rectorado de la UNT (1946-1951) fue el principal sostenedor de las ideas de Peirano.
En marzo de 1951 asumió como Rector el Ingeniero Anacleto Tobar, a quien le tocó lidiar en momentos en que el gobierno nacional tenía dificultades económicas que limitaban el accionar de la universidad. Se discontinuaron obras iniciadas en la gestión anterior y se cambió el sistema para volver a la vieja estructura de las Facultades.
La reelección de Perón en 1952 llevó a que caducaran muchas de las autoridades que acompañaban la gestión nacional y se nombraran nuevos colaboradores. Entre los nuevos nombramientos como ministro de Educación, fue designado Armando Méndez de San Martín, quien armó una estructura universitaria diferente a la hasta entonces vigente. Ello trajo aparejado el cese del Rector Tobar y el reemplazo del mismo por el Dr. Carlos Aguilar quien asumió el cargo el 16 de junio de ese año. A éste le tocó reforzar la estructura académica, creando entre otros, al Instituto de Geognosia en Tucumán y poniéndolo al frente del mismo a Abel Peirano quien hubo de dejar Jujuy para nuevamente radicarse en dicha ciudad9.
Cuestiones de política nacional llevaron a que Aguilar presentara su renuncia en 1954 y fuera sucedido por el Prof. Diego Pro, un filósofo de gran prestigio y docente de la Facultad de Filosofía y Letras. Al interinato de Pro le siguió el nombramiento del Dr. Pedro Heredia, químico y antiguo colaborador de Abel Peirano en las etapas iniciales del proyecto minero.
Heredia asumió en septiembre de 1954, permaneciendo en el cargo hasta el golpe de estado de 1955. Le preocupaba lo que había quedado del distrito Agua de Dionisio, especialmente en Agua Tapada donde permanecían equipos y personal trabajando. Su preocupación quedaba registrada cuando expresó que éste era "..un yacimiento aurífero de extraordinario rendimiento en el cual la Universidad tiene invertido varios millones de pesos en maquinarias y elementos de investigación que últimamente han estado casi abandonados o sometidos a convenios con la Dirección Nacional de Minería...".
Una vez ocurrido el golpe de la autodenominada "Revolución Libertadora" hubo una sucesión de personas que ocuparon el sillón de Terán hasta la designación del Dr. Rafael García Zavalía quien solo estuvo en el cargo durante 7 meses. Le sucedió el Dr. Gerardo Peña Guzmán quien tomó posesión del rectorado el 23 de marzo de 1956. Este continuó con las gestiones de mantener la titularidad de los yacimientos teniendo algunas discrepancias con las autoridades catamarqueñas.
El 15 de septiembre de 1957 asume el rectorado el ingeniero Eugenio Flavio Virla, quien no solo continuó con el apoyo a las tareas de Peirano, sino que le toca arribar al acuerdo del Acta de Farallón Negro que dio lugar a la creación de la empresa Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD).
En el ínterin entre Virla y Peña Guzmán comenzaron las desavenencias con la provincia de Catamarca cuyo gobernador había iniciado tratativas con la empresa Nacional Lead para hacerse cargo del distrito minero Aguas de Dionisio.
Una vez asumido, Virla propició que el gobierno nacional creara la empresa Yacimientos Minerales de la Universidad Nacional de Tucumán (YMUNT), lo que agudizó la confrontación con Catamarca. Esta confrontación terminó con una pueblada que luego de apaciguada, dio lugar a la llamada "Acta de Farallón Negro" donde se constituye, la actual empresa Yacimientos Mineros Agua de Dionisio. (YMAD).
Lo ocurrido por ese mismo tiempo en la provincia de Catamarca también merece un análisis político.
Abel Peirano (centro) con el Ing. Mario Folquer y ayudantes mientras se realizaba el levantamiento topográfico de la región de Agua de Dionisio.
Equipo de geólogos del Instituto de Geología y Minería que conducía Abel Peirano. De pie de derecha a izquierda: Luis de la Fuente, Carlos Córdoba, Wilfredo Lyons, José S. Iglesias y Rogelio Bellmann; 1ra fila: Juan C. Porto, Gregorio de la Puente, Enrique Alabí y Raúl Chomnales.
En 1943 gobernaba la Nación el Dr. Ramón S. Castillo, abogado de origen catamarqueño que había llegado a ese cargo por la muerte de quien presidía la Nación: el Dr. Roberto Ortiz. Ambos representaban al partido Conservador cuya gestión era acusada de proteger negociados y actos de corrupción que provocaban rechazo en amplios sectores del país. Estas acusaciones llevaron a un grupo de militares enrolados en el GOU a generar un golpe de estado con desplazamiento de Castillo el 4 de junio de 1943.
Catamarca fue intervenida por militares que respondían a las nuevas pautas del gobierno nacional. Para que éstas fueran cumplidas se nombró primero al Teniente Coronel Rodolfo Mujica que fue seguido por el Capitán de Navío Francisco Senesi y luego por el Coronel Benigno Ramírez. A este último le correspondió proceder al llamado a elecciones generales del año 1946 que consagraron como Presidente a Juan Domingo Perón.
Las disputas internas que ocurrían en Catamarca de alguna manera, interferían la que debió ser una buena comunicación entre la Provincia y la Universidad. Ello se debió a que el arribo del peronismo a Catamarca produjo una actividad política bastante turbulenta. A ella nos referiremos a continuación:
Derrocado Castillo por la revuelta de 1943 la provincia tuvo una secuencia de interventores militares en general adherentes al nuevo tiempo político. Entre ellos hay que mencionar al Teniente Coronel Rodolfo Mujica, al Capitán de Navío Francisco Senesi, al coronel Benigno Ramírez y por último al Dr. Emilio Escobar. Todos ellos tuvieron una fugaz actuación teniendo este último la responsabilidad del llamado a las elecciones generales que tuvieron lugar el 24 de febrero de 1946. Estas, como es sabido consagraron como Presidente a Juan Domingo Perón.
El primer gobernador electo por la fracción política que apoyó a Perón fue el médico Pacífico Rodríguez, quien duró muy poco en el cargo ya que los conflictos que se sucedían en la provincia llevaron a que el gobierno nacional produjera la intervención federal de la provincia a escasos cinco meses de su asunción. Rodríguez tuvo como Vicegobernador a Juan León Córdoba quien no llegó a controlar la Legislatura que en su mayoría respondía al Senador Nacional Vicente Leónides Saadi.
Los conflictos entre los "saadistas" y los que acompañaban a Córdoba fueron sucediéndose durante el resto del año y el siguiente 1947. Tal era la contradicción entre la Legislatura, apoyada por Saadi, y el Gobernador que nuevamente el Ejecutivo Nacional decidió intervenir la provincia el 28 de enero de 1948.
Para este cargo se designó a Enrique Carballeda, quien condujo la provincia hasta el mes de junio del año siguiente, cuando, nuevamente se produjeron elecciones provinciales.
A estas elecciones se postuló a gobernador Vicente Leónides Saadi obteniendo la mayoría de votos que le permitió acceder al cargo el 20 de junio de 1949.Pero no todo terminó allí: luego de un discurso inaugural abarcativo y pacificador inicia la gestión con los mismos conflictos que rodearon a su predecesor. Cesantías y duros enfrentamientos oscurecieron el clima político de Catamarca.
Sin perjuicio de ello Saadi visitó a Descole en el mes de septiembre de 1949 para convenir con la UNT la extensión de sus actividades en distintas localidades de Catamarca. Entre éstas ofreció dar impulso a la realización minera universitaria realizando una visita conjunta con Descole al campamento de Agua Tapada. Allí pudieron apreciar las actividades que se venían realizando en el sector para evaluar su potencialidad minera.
Pero los problemas que ocurrían en la provincia y ciertas actitudes de Vicente Saadi convencieron al General Perón que nuevamente había que intervenirla poniendo interinamente en el cargo al Dr. Félix Antonio Nazar.
Fueron escasos cinco meses los que estuvo Saadi al frente de la provincia. En su ínterin logró que la Legislatura provincial lo postulara como Senador Nacional, hecho que cayó muy mal al Ejecutivo nacional. Por ello Perón ordenó apresarlo por "desacato" e investigar la gestión hecha, que para algunos era considerada nepótica, persecutoria e irregular. Ello hizo que fuera llevado a la cárcel donde permaneció detenido durante dos años y medio.
Por mandato del Poder Ejecutivo el Dr. Félix Antonio Nazar asumió la intervención de la provincia el 22 de noviembre de 1949 dictando una resolución mediante la cual disolvía la Legislatura en razón a haber dado a Saadi facultades que excedían sus atribuciones constitucionales. Además, como jefe del Partido Peronista, hizo que Saadi sea expulsado de las filas de dicha agrupación política.
La intervención se mantuvo hasta el año 1952, siendo considerada una gestión progresista en lo referente a obras públicas. Con este objetivo logró la realización de rutas en el interior provincial,
De Nazar se afirma fue un progresista funcionario quien volcó su acción de gobierno en la realización de numerosas obras públicas que apuntaron a integrar más adecuadamente al interior de la provincia facilitando la construcción de rutas, de obras hospitalarias y escuelas. A él le tocó proceder al llamado a las elecciones generales que habrían de efectuarse en 1952.
El electo gobernador, Dr. Armando Casas Nóblega, continuó con las obras iniciadas por el gobierno de Nazar, prestando especial atención a aquellas relacionadas con temas vinculadas a obras públicas con especial desarrollo en la provisión de agua potable para las poblaciones del interior de la provincia. Lamentablemente el golpe de estado de 1955 puso fin al ejecutivo presidido por Casas Nóblega, el cual fue reemplazado primero por el general Julio Ladvocat y luego por Raúl Ruiz Diaz.
Campamento de la Universidad Nacional de Tucumán en Agua Tapada.
Este último entregó el gobierno a Adrian Perés, quien interesado en la cuestión minera trató de llevar adelante una revisión del distrito cuya propiedad mantenía la Universidad de Tucumán. Los conflictos que se suscitaron en Catamarca con motivo a las negociaciones con la UNT lo llevan a renunciar y entregar el gobierno en marzo de 1958
Las elecciones generales que imponen a Arturo Frondizi como Presidente de la Nación, llevan a Juan Manuel Salas como Gobernador de la provincia de Catamarca. Su mandato abarcó desde el 1° de mayo de 1958 al 24 de marzo de 1962. A esta autoridad provincial le tocó ser quien llevara adelante la propuesta de acuerdo con la Universidad Nacional de Tucumán para que creara la empresa interestadual Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD).
7) Aceñolaza, F.G. 2006. La Universidad Nacional de Tucumán en la década 1945-1955. Actas del Primer Congreso de Historia de la Universidad Nacional de Tucumán. 447-463. Imprenta de la Universidad Nacional de Tucumán.
8) Universidad Nacional de Tucumán.-Catálogo General para 1948. Publicación n° 443.
9) Aceñolaza, F. G. 2006. Ibidem.